5 feb 2011

To spare a life

Hasta la espada mas afilada se puede romper, me lo demostró cuando me perdonó la vida aquella blanca y fría noche de Noviembre. No se por qué lo hizo, pero perdonó la vida a quien había hecho de la suya un infierno, perdonó la vida a alguien que no se la habría perdonado a él, a alguien que no merecía vivir, me perdonó, y me demostró que era mejor que yo. Me quedé tan perplejo que no pude levantarme, no pude articular ninguna palabra de agradecimiento, la primera palabra de agradecimiento que iba a decir en mi vida, y desapareció en la oscuridad. Jamás volví a verle, días después estuve buscándole por toda la ciudad pero se había esfumado. Se fue, y antes de irse me hizo el mejor regalo que jamás me hayan hecho.

1 comentario:

  1. Ahí reside la gracia de la variabilidad del ser humano.
    Gracias :) Me gusta tu blog (no lo digo por devolver el cumplido), me gusta que le "hables" en concreto a alguien :)

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